lunes, 9 de mayo de 2011
El hombre en busca de sentido
Vicktor E.Frankl, psiquiatra y escritor, narra su experiencia en un campo de concentración: en él se distingue tres fases.
Tras un largo viaje llegaron a Auschwitz ,llegaron al campo, aquí comienza la fase de shock. La primera selección: un oficial de la SS hizo dos filas en las que a unos los mandaban a trabajos forzados y a otros más enfermos a una cámara de gas o al horno .Los desinfectaron, les quitaron sus ropas y les dieron una viejas, les quitaron todos sus joyas y a todos ellos les asignaron un número. Ya no eran personas sino simplemente números que deberían llenar las listas de los guardianes. Frankl perdió un manuscrito de alto valor, les afeitaron todo el cuerpo y les dieron una pastilla de jabón. A partir de ese momento lo único que tendrían aquellos prisioneros seria su existencia desnuda. Sabían que nada tenían que perder así que se pusieron a bromear sobre ellos mismos. Algunos se suicidaban y otros hacían lo posible para aplicarse a su trabajo para no ser destinado a morir. A los enfermos incapaces de realizar el trabajo que se les asigna se les denominaban musulmanes. La segunda fase era la apatía (especie de muerte emocional).Sus mentes se intentaba adaptar a los golpes, insultos, muertes...ya que les importaba ya poco las cosas. Los capos eran reclusos que habían sobrevivido de campo en campo y que habían perdido toda pieda, tenía más derechos que los prisioneros pero menos que los oficiales. Los trataban literalmente como escoria, ni tan solo animales, eran objetos de usar y tirar.Frankl fue designado médico personal del capo. Este le salvó la vida varias veces. Su única ración de comida era una sopa aguada. Ellos soñaban con comida de verdad, cigarrillos...algo tan simple para ellos era una utopía. Sus cuerpos se consumían, morían poco a poco. La perversión en el campo era mínima, soñaban más con comer que con tener sexo.Transladaron a Frankl a Dachau donde se encontraría más seguro ya que allí no había ni cámaras de gas ni hornos. Los prisioneros a la vez que deliraban intentaban huir en su interior, se refugiaban en sus pensamientos donde casi los vivían, ya que era lo único que les diferenciaban de los deseos de los animales.Frankl sentía que conversaba con su mujer, se olvidó de ser un prisionero y se entregaba a la imagen de ella. Amaba su yo más intimo, ni siquiera le importaba si vivía o no, eso no iba a cambiar la imagen, lo que sentía y había vivido con ella:"Ponme como sello sobre tu corazón...pues fuerte es el amor como la muerte. El amor viene de la persona física pero encuentra su significado en el interior de ella. Cuando contemplaban los amaneceres y la naturaleza se daban cuenta de lo bello que podría ser el mundo.Frankl cavaba una trinchera en las condiciones más impensables, pero el conversaba con su mujer y sentía que su imagen era casi tangible. El humo en el campo era envidiable.Ahora se encontraban en el barracón de los enfermos, recibía menos comida, pero era preferible a trabajar. Se ofreció voluntario para cuidar enfermos de tifus (por lo menos encontraría sentido a su muerte y moriría ayudando a personas).Añoraban la soledad. Sino luchabas por ese individualismo acababas sintiéndote la gran masa de cadáveres que se trasladaba de un sitio a otro y pegaban como a un rebaño de cabras. El jefe de mando le dió una oportunidad pero Frankl prefirió quedarse con sus amigos. Los trasladaron a un campo de reposo de verdad. Allí planeo escaparse con otro pero dejaría a los enfermos sin cuidados y decidió ganar su paz interior. En el último día iban a prenderle fuego al campo. Frankl quiso escaparse de nuevo con su compañero pero entonces vino un camión de la cruz roja y pensaban que ya estaban salvados pero no pudieron subir a ese camión a causa de que se completó el número de pasajeros y pensaron que iban a morir. No montaron en el camión , pero todos murieron a causa de los tiros que los despertaron a la mañana siguiente. Eran juguetes del destino una simple decisión suponía la vida o la muerte. Allí aprendió que al hombre se le puede arrebatar todo menos una cosa: la última de las libertades humanas- la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias. Tenían una existencia provisional, en cualquier momento podrían morir. No podían marcarse metas para el futuro porque no sabían si iban a tener y esto rompía las metas de la vida. Los que no tenían metas simplemente se refugiaban en su pasado, cerraban los ojos y dejaban que todo corriera, ya no les importaba vivir. Una vez el jefe de su barracón le contó que tuvo un sueño en el que le preguntaba a una voz que cuando terminaría su guerra y la voz le respondía que el 30 de marzo (esto ocurrió a principios de marzo).Al ver que llegaba la fecha señalada y la guerra no cesaba contrajo una enfermedad el 29 de marzo y el 31 murió. Su fe en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron y su cuero fue presa de la enfermedad. (No podemos perder la fe porque no sabemos lo que el futuro nos depara es impredecible).También había que pensar en la psicología de los guardianes. Como podían tener la mente tan fría para tratar a sus iguales de ese modo. Sencillamente escogían a los más sádicos por naturaleza y a los que perdieron la piedad por salvar sus vidas. Pero no todos eran así .La logoterapia consiste en encontrar sentido a la vida, y con este relato se podría decir que el sufrimiento deja de ser en cierto modo sufrimiento en el momento en el que se encuentra un sentido, como puede ser el sacrificio. Aunque por otra parte el sufrimiento puede ser infinito. Después de haberse liberado de esas torturas del campo de concentración, los hombre no podían sentir alegría, la habían olvidado. Deberían de aprenderla. Pero una vez fuera, si buscaban a las personas por las que lucharon para sobrevivir y no las encontraban, ¿que sentido tiene haber sobrevivido? Y esto les llevo a un sufrimiento mayor(la tercera etapa). No deberíamos encontrar un sentido abstracto a la vida ,pues cada uno en ella tiene su propia misión que cumplir. Quien tiene un porque para vivir casi siempre encuentra el cómo.
Conclusión
Cuando estás en la línea que separa la vida y la muerte te das cuenta que el detalle más pequeño es la sensación de belleza más grande y que todo lo que era común de la vida humana, era el sueño de todos ellos. Incluso cuando pierdes el sentido de tu vida no puedes abandonar, porque el futuro es inesperado. Un día estas tranquilamente en tu casa y al día siguiente muerto, y te pasaste el día maldiciendo tu suerte . Un día al borde de la muerte y al siguiente naces de nuevo en el momento menos esperado. Tú eliges que destino a trazar, la vida te da un abanico. Aún no pudiendo cambiar las cosas, puedes cambiar tu actitud hacia ellas. El mundo es igual para todos, nos rodea lo mismo, las cosas por si solas no son nada, somos nosotros quien las interpretamos y les damos sentido.
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